<body><script type="text/javascript"> function setAttributeOnload(object, attribute, val) { if(window.addEventListener) { window.addEventListener('load', function(){ object[attribute] = val; }, false); } else { window.attachEvent('onload', function(){ object[attribute] = val; }); } } </script> <div id="navbar-iframe-container"></div> <script type="text/javascript" src="https://apis.google.com/js/platform.js"></script> <script type="text/javascript"> gapi.load("gapi.iframes:gapi.iframes.style.bubble", function() { if (gapi.iframes && gapi.iframes.getContext) { gapi.iframes.getContext().openChild({ url: 'https://www.blogger.com/navbar.g?targetBlogID\x3d12866077\x26blogName\x3dSoltero+en+Barcelona\x26publishMode\x3dPUBLISH_MODE_BLOGSPOT\x26navbarType\x3dSILVER\x26layoutType\x3dCLASSIC\x26searchRoot\x3dhttps://solteroenbarcelona.blogspot.com/search\x26blogLocale\x3des_AR\x26v\x3d2\x26homepageUrl\x3dhttp://solteroenbarcelona.blogspot.com/\x26vt\x3d-6575844915178907893', where: document.getElementById("navbar-iframe-container"), id: "navbar-iframe" }); } }); </script>

miércoles, noviembre 23, 2005

Malditos marines

Ayer goleparon a mi puerta, a una hora extraña, a esa hora en la que uno ya no espera a nadie. En el fondo, yo sabía que eran ellos, una corazonada. Espié por la mirilla y eran dos, bien plantados, haciendo ver que cumplían órdenes, rapado al cero uno y peinado a la gomina el otro, con uniformes militares. Yo ya iba por mi tercer jack daniels con limón, y eso seguramente me ayudó a abrir la puerta.
- Señor, venimos de parte del Mayor Castilla, del batallón Rivera del Duero.
- Qué quieren. - Respondí con un tono en el que ellos adivinaron que yo sabía de antemano lo que habían dicho, y lo que iban a decir. Los desmoralicé.
- El Mayor quiere comunicarle que un asunto de seguridad nacional requiere de sus servicios, señor.
- Dígale al mayor, que él ya sabe que estoy retirado de todo, que ya no soy un mercenario, solo quiero llevar una vida normal.
- El Mayor insisitió mucho en esto, presumiendo su negativa, señor.
- Si el mayor quiere entrevistarse conmigo, deberá ser lo suficientmente valiente para venir aquí a verme a la cara y decirme que quiere que vuelva a las fuerzas de asalto. -
Los dos hombres ahora eran dos chavalines asustados, mi voz y mi impertinencia los descolocaron, era su superior.
Algo más quisieron decir, los interrumpí con desdén.
Con hastío pensé o dije que ya no quería saber nada de esto, cerré la puerta. Jamás volvere a un Vietnam, jamás volveré a ser un boina verde, ya he pasado esa página de piedra en mi vida.