Paseando por el mercadillo de El Rastro, en Madrid, escuché esta breve conversación entre dos españoles de ley.
Cerca de un puesto donde vendian inciensos, y estaban quemando algunos, uno de los tipos dice:
- Qué olor a moro!!
- Es verdad - respondió el amigo.
Cerca de un puesto donde vendian inciensos, y estaban quemando algunos, uno de los tipos dice:
- Qué olor a moro!!
- Es verdad - respondió el amigo.
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